viernes, 2 de marzo de 2012

La puerta del Jardín y los manteles

De vez en cuando, a veces, siento melancolía o busco sentirla.  Entonces me voy a mi niñez.

Aparezco en la puerta del jardín de delante. Estoy subida al travesaño, con los pies metidos entre las tabillas verticales de madera pintada de blanco. Con una mano me empujo para ir hacia atrás y bajando un pie al suelo, me empujo hacia delante.  Si me impulso con fuerza, la espalda me choca contra la hiedra. Me hace cosquillas y me gusta el olor.  Voy y vengo, con la mente en algún sueño e inventándome canciones.

Hace sol. Es mediodía. Me llama mamá, pero  me hago la remolona. Sé que debo entrar a poner la mesa. Me gusta ponerla y la pongo muy bien, pero jo, estoy tan a gusto…

Dentro es un no parar de gente. Todos hablan, todos ríen, todos se mueven, hay música de fondo. La cocina está llena de cacharros, cacerolas, ruido, sol y olor a comida recién hecha.

El comedor está más tranquilo. El reloj de cuco me mira y me mete prisa. ¡En cuanto la aguja larga suba un poco más, van a ser las tres! Pero sé que hoy no hay prisa. Es sábado y papá llegó hace rato con los periódicos y una tarta de queso.  En la sobremesa usaremos el cordel blanco de la pastelería para hacer mil y un trucos. Me encanta cuando lo ata a una cuchara sopera y al chocarla contra la mesa escucho las campanadas de una iglesia. Me gusta tanto  verle feliz, sin prisa. Verle sonreír con esa boca tan grande.  Me gustan sus dientes. Esos dientes que cepilla después de cada comida.

“Mamá, ¿Qué mantel pongo?”
 Dice que lo elija yo. Sonrío.

Están perfectamente doblados y planchados y huelen tan bien…  Los miro y los miro, levantándolos un poco, con los dedos, para no estropear la torre. Me los sé de memoria, pero si no los veo uno a uno, no sé elegir. Hoy pondré el ovalado de flores en tonos pastel.  El color verde de las hojas y del ribete me devuelve al jardín.
Lo más complicado, siempre, es saber cuántos somos hoy.  No paran de moverse.  Debí contarlos cuando entraban por la puerta del jardín, pero  jo, estaba tan a gusto…

9 comentarios:

  1. Escribes muy bien... :)
    El artículo es precioso.
    Gracias por este blog. Un beso.

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  2. Elena, has estrenado el Blog. Gracias.

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  3. Que sean muchos días, Curro. :)
    Un beso inmenso.

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  4. Como siempre, cercana, íntima... tienes ese don de transportar a los que te leemos allá donde tu estas!!! Mucha suerte en esta bitácora.. Nosotras te acompañaremos en este camino....Un besazo Susana!!

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  5. Gracias por lo que dices, IF.
    Sabes que soy fan vuestra.
    Un beso a las dos.

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  6. L'altre dia feren "55 dias en Pequin" i vaig recordar la conversa sobre ton pare. Em sembla magnífic que intentes escriure i molt Intel.ligent la promesa que ta mare et va treure. Esperarem mes intervencions... (no puc posar accents) Besets.

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  7. Gracias, Evita. Iré colgando cosillas. La verdad es que me alegro de que me hiciera prometer eso. Ha sido un empujón.
    Un beso, niña.

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  8. yo siempre preguntaba a mamá: " pongo platos hondos o lisos ?" si decía hondos, yo sabía que tenía que poner cucharas sopera.
    Animo, suspro.

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